Que imaginan ir a la luna y sin darse cuenta aúnan tanto oxígeno que comienzan a flotar

Eterna funesta duda. La bondad o egoísmo del ser humano por naturaleza. Digamos ahora egoísmo, aunque la cadena de calificativos sea mayor, sea láctea.

Quizás es que la empatía se haya roto, y aunque haya lutieres que dediquen su vida a arreglarla, no entender la condición de la madera los hace inútiles.

Bastaría con un “tú también tienes razón” para acabar cualquier guerra. Bastaría con la sencilla premisa de primun non nocere. Pero quizás es que ésta no sea tan inteligible, palpable, accesible.

Avanzamos hacia atrás, como el cangrejo que se aleja de su destino. Como las tristes líneas tangentes que una vez se encuentran no vuelven a coincidir. Como el boomeran que nunca vuelve. Como teorías nunca aceptadas, nunca practicadas. Como la foto que ves pero el tiempo ya ha pasado.

No importa el tiempo finito que dediques en tu lacónica vida, siempre te estrellarás en la última ecuación, nunca conseguirás encajar o última pieza, terminar la maqueta, encender el motor. Aunque sea esto mismo lo que nos haga avanzar.

Hay días en los que todo está tan del revés que la duda te constriñe a ti. Tan nublado que dejas de saber lo que es el sol.

El problema de raíz es la incongruencia. Lo que se conoce está mal pero se esfuma en una penitencia si incluye a tu misma persona. Porque nosotros somos. Ser nos da elasticidad en nuestra acción, ya que la importancia se proyecta desde nuestro yo que da sentido al mundo. Por eso hay sentencias injustas, niños solos en un patio de recreo, mujeres estranguladas en una cuneta, familias en una barca cruzando un océano como el viento es a la paja.

También hay personas que se agrupan con bondad de capa, pero encontrareis críticas a retaguardia, porque todo ataque al egoísmo es menos fuerte.

Y aunque haya mancha, hay resistencia. Aunque haya incomprensión hay libros, aunque haya silencios hay gritos y aunque haya dolor hay abrazos.

Escribo esto para agradecer a aquellos que no se tapan los ojos, no transigen la falta de amor al prójimo, no toleran la falta del argé en los valores. Que imaginan ir a la luna y sin darse cuenta aúnan tanto oxígeno que comienzan a flotar.

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